viernes, 22 de mayo de 2009

- CABILDO ABIERTO -




22 de mayo de 1810



Cabildo Abierto




Ante la presión popular, apoyada por los mandos militares, a las 10 de la mañana, del día 21 de mayo de 1810, el Virrey convocó a Cabildo abierto. No se trataba de una cobardía de Baltasar Hidalgo de Cisneros, veterano de batallas como Trafalgar. Es que no le quedaba alternativa. Y ese día perdió.





Caída la monarquía española, se formaron sucesivas Juntas de gobierno clandestinas a nombre de Fernando VII, que cambiaban varias veces de sede en cuanto eran descubiertas por los franceses, aunque pretendían la obediencia de las colonias.
El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, que se hizo cargo de la jefatura del Río de la Plata el 30 de junio de 1809, fue nombrado por una de esas Juntas clandestinas.
No todos los porteños estaban de acuerdo en obedecer a una Junta clandestina, cuyo poder no era legítimo. Para ellos, las colonias americanas eran propiedad de la corona española pero no de los españoles en general.





Cisneros llegó a Buenos Aires en medio de un clima de efervescencia. Un mes antes de su arribo –el 25 de mayo de 1809– se produjo una rebelión en Chuquisaca (hoy, Bolivia), con Bernardo de Monteagudo entre los insurrectos.
Otro levantamiento se produjo en julio en La Paz, ferozmente aplastado por los españoles, provocando indignación en el Virreinato.





Las milicias criollas habían adquirido importancia después de las invasiones inglesas (los regimientos españoles de catalanes, vizcaínos y gallegos fueron disueltos tras la asonada de Martín de Álzaga), pero Cornelio Saavedra respondía: “Las brevas aún no maduraron”, cuando le pedían su intervención para acabar con el gobierno de los españoles.





El 15 de mayo de 1810 ancló en Montevideo la fragata inglesa 'Juan Paris' trayendo la noticia de la caída de la Junta de Cádiz en poder de los franceses. Ya no había poder español alguno al que obedecer en Buenos Aires, y un grupo de criollos intimó al virrey Cisneros para que difundiera la noticia.
Cisneros no contaba con poder militar. Entonces, 3 días más tarde, él publicó una proclama pidiéndoles a los vecinos “mantener el orden”.





Los criollos ya habían definido un plan cuyo punto de partida consistía en la convocatoria a un Cabildo Abierto. Para ello, el 19 de mayo, Juan José Castelli y Martín Rodríguez visitaron al virrey, aunque no obtuvieron una respuesta favorable sino hasta el día siguiente.








El 20, los funcionarios del Cabildo llamaron a los jefes militares para consultarlos sobre la convocatoria a un Cabildo Abierto y conocer su opinión sobre los últimos sucesos. Esta vez, la respuesta de Saavedra fue contundente: el virrey debía renunciar y el nuevo gobierno tendría que ser designado en el Cabildo Abierto.
El 21, 600 hombres armados, a las órdenes de Domingo French y Antonio Beruti, ocuparon la Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo) pidiendo la destitución del virrey y un Cabildo Abierto.





La respuesta del Virrey fue que él se esforzaría para “asegurar la obediencia al Supremo gobierno nacional que represente (a Fernando VII) durante su cautividad pues…la monarquía es una e indivisible y por tanto debe obrarse con arreglo a nuestras leyes…aún en la hipótesis arbitraria de que España se hubiese perdido enteramente y faltase en ella el Gobierno Supremo representativo de nuestro legítimo soberano”
El texto de la convocatoria a Cabildo Abierto fue:





"El Exemo. Cabildo convoca a V. para que se sirva asistir precisamente mañana 22 del corriente a las 9 sin etiqueta alguna, y en clase de vecino al Cabildo abierto, que con anuencia del Exemo. Sr. Virrey ha acordado celebrar, debiendo manifestar esta esquela a las Tropas que guarezcan las avenidas de esta Plaza, para que se le permita pasar libremente."

Durante la reunión, las palabras mas encendidas que registran los archivos son las de Juan José Castelli, Juan José Paso, el fiscal Manuel Villota y el General español Pascual Ruiz Huidobro. Todos coincidían en que Cisneros debía renunciar, y reconocerse el gobierno a Buenos Aires.





Villota, entendía que debía aceptarse el derecho a la soberanía de Buenos Aires, pero negándole la facultad a las futuras autoridades, de disponer por el resto de los pueblos que integraban el Virreinato.

Paso propuso la formación de una Junta provisoria y luego que el interior enviara representantes para integrar una Junta ampliada y de esa forma, tomar un decisión final y definitiva.

Se habían impreso 600 invitaciones, pero sólo se repartieron 450 sobre la base de una lista elaborada por el Cabildo.

La composición del Cabildo Abierto fue la siguiente: 16 funcionarios públicos, 4 miembros del Consulado; 7 funcionarios de la Real Audiencia; 13 Alcaldes de barrio; 2 Alcaldes de la Hermandad; 27 Eclesiásticos; 17 Abogados; 3 Escribanos; 1 Licenciado; 4 médicos; 59 comerciantes; 21 vecinos; 59 militares; 3 marinos; 15 sin profesión.

Al día siguiente se escrutó la votación de 251 cabildantes, y hay 2 versiones sobre el resultado:

> 158 votaron en contra de Cisneros, 67 votos por su permanencia y 26 personas no emitieron su voluntad.

> 155 apoyaron la destitución del virrey, 69 se expidieron por su continuidad y 27 no votaron.
De los votos que apoyaron el cese del virrey, la mayoría se inclinó porque el Cabildo asumiera el mando interinamente hasta que se constituyera una Junta de gobierno.





Manuel de Anchorena y José de Ocampo fueron los regidores encargados de entregar a Cisneros lo dispuesto por el Cabildo, que así lo hicieron, pasado el mediodía. El Virreynato ya no tenía Virrey. Pero, ¿qué era entonces? Comenzaba un debate que duró demasiados años.

No hay comentarios.: