lunes, 1 de noviembre de 2010

- MARIQUITA -






María Sánchez de Thompson






María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velazco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez de Thompson, (Buenos Aires, 1 de noviembre de 1786 – Buenos Aires, 23 de octubre de 1868) fue una patriota argentina.





Su origen y sus dos matrimonios le aseguraban una posición social de "primera línea", pero demostró que su personalidad bastaba para colocarla en el nivel que ocupó. Llenó muchas páginas de la pequeña historia y se convirtió en símbolo de la mujer argentina del pasado por la brillantez de su desempeño y la franqueza de sus actitudes. Nacida en Buenos Aires el 1º de noviembre de 1786, fueron sus padres el español de Granada Cecilio Sánchez de Velazco y la porteña Magdalena Trillo.





Antes de cumplir quince años se enamoro de su primo Martín Thompson y se comprometió contra la opinión de sus padres. Empecinada, se presentó al virrey Sobremonte para que dejase sin efecto los arreglos que había hecho la madre -el padre ya había muerto- para casarla con Diego del Arco. Cerca de un año después de iniciado el juicio, los enamorados obtuvieron la autorización y la boda se realizó el 29 de julio de 1805.





A partir de entonces, la vida de Mariquita estuvo ligada a los acontecimientos públicos. Abrazó con fervor la causa de la libertad y colaboró con todas las empresas patrióticas. Su casa de la calle Umquera, hoy Florida, acogió a las personalidades, atraídas por la hospitalidad graciosa y espiritual de la dueña. Los problemas más delicados eran debatidos allí, lo mismo que los temas literarios. En ese célebre salón se cantó por primera vez la canción patria, el 14 de mayo de 1813. Cinco hijos nacieron en tanto: Clementina en 1807, Juan en 1809, Magdalena en 1811, Florencia en 1812 y Albina en 1817.





Este último año marcó una desgracia. Thompson, enviado a los EEUU, enloqueció y murió en el viaje de regreso. En 1820 la viuda, muy admirada, contraía nuevo matrimonio, esta vez con Washington de Mendeville, francés expatriado cuya conducta le deparó muchos sinsabores, que terminaron en separación, disimulada por las funciones diplomáticas del marido fuera del país. Aquí había sido cónsul y muchos años más tarde Mariquita reveló, en carta a Alberdi, las miserias de su vida con Mandeville. De este matrimonio tuvo un hijo: Julio. Cuando Rivadavia fundo la Sociedad Benéfica requirió la ayuda de Mariquita, que fue fecunda y entusiasta.





Durante el gobierno de Rosas se exilió, a pesar de la vieja amistad que existía, pues tomo partido por los opositores, entre los que estaba su hijo Juan. Hacía algún viaje a Buenos Aires, pero su hogar estaba en Montevideo. En 1846 fue a Río de Janeiro y al año siguiente volvió a Montevideo, donde permaneció hasta después de la Batalla de Caseros. Reanudó su labor en la Sociedad de Beneficencia, de la que había sido presidenta en 1830 y 1832, y su salón volvió a brillar como antaño, acogiendo cuanto tuviese que ver con la cultura y el patriotismo. En 1866 y 1867 volvió a presidir la Sociedad de Beneficencia todavía en plena capacidad intelectual, pues trabajaba y escribía cartas admirables. La muerte le llegó el año siguiente, el 23 de octubre de 1868.





Históricamente se ha representado a esta mujer como un personaje más en la historia argentina, relegándola al hecho de haber interpretado el 14 de mayo de 1813 por vez primera en su célebre salón el Himno Nacional Argentino. Pero en realidad, Mariquita Sánchez de Thompson fue una de las primeras mujeres argentinas políticamente activas.1 Su casa de la calle Umquera, hoy calle Florida, acogió a las personalidades de la causa revolucionaria de 1810, atraídas por la hospitalidad de la dueña. Los asuntos más delicados se debatían allí, así como los temas literarios.





Era una fina cronista de los sucesos que conformaron luego la historia fundacional de Argentina como república y tenía conciencia de la proyección histórica que podían tener sus escritos. En más de una ocasión sus actitudes fueron consideradas políticamente incorrectas e incluso respondía con tácticas retóricas agudas.
Formó parte de la Sociedad de Beneficencia, siendo una de las fundadoras, primera secretaria de la institución en 1823 y presidenta de la misma entre 1830 y 1832. A ésta se le encomendaban las escuelas y colegios de mujeres de toda la provincia de Buenos Aires. También administraba hospitales y casas de huérfanos.





Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas vivió en el exilio en Montevideo, a pesar de la vieja amistad que existía, pues tomó partido por los opositores al régimen, entre los que estaba su hijo Juan. Esto se debe a que Mendeville, al ser cónsul de Francia, mantenia conflictos diplomáticos con Rosas. Renunció en estos tiempos a dicha Sociedad, pero luego se reincorporó y trabajó incesantemente en ella hasta entrada su vejez.





Al separarse de Mendeville, retornó a Buenos Aires. "La tierra de mis lágrimas", como ella decia durante su exilio.
Mariquita era la madrina de Isabel Walewski, quien vivió solamente cincuenta dias. Isabel era la hija del Conde Alejandro Walewski, hijo a su vez de la Condesa Maria Walewska, la amante polaca de Napoleón Bonaparte. El conde, como diplomático francés, fue enviado a Buenos Aires para mediar en el conflicto entre la Confederación y Francia.





Mamita Mendeville, como la apodaban afectuosamente sus nietos, falleció el 23 de octubre de 1868 en Buenos Aires, a sus casi 82 años de edad.

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