jueves, 23 de agosto de 2007
- ACUARELA BOQUENSE -
DÍA DE LA BOCA
La Boca quiere volver a su paleta de colores originales
El tradicional barrio del sur porteño vuelve a recuperar su paleta cromática honrando el espíritu de Quinquela Martín. Las marcas apoyan la recuperación
Este jueves 23 de agosto a las 13 horas, coincidiendo con los festejos por el Día del barrio de la Boca se conocerán los resultados de la investigación “Reconstrucción Cromática del barrio de La Boca”.
El encuentro será en el propio Museo Quinquela Martín. La investigación, declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación se hizo posible por el aporte del Museo Quinquela Martín y por los apoyos de la empresa de pinturas Tersuave y por el Grupo Argentino del Color. La iniciativa también movilizó al club Boca Juniors y a la Fundación x por la Boca. La Arq. Emilia Rabuini, como investigadora del Grupo Argentino del Color en el ámbito del Color Urbano, fue la encargada de coordinar esta “vuelta a los colores del barrio”.
No es la primera vez que el barrio de La Boca recibe el apoyo de marcas e instituciones públicas para recuperar su magia y color original. Una de las inciativas más importantes fue la de Nike que armó una puesta en escena del titulado "Barrio Bonito".
La Boca es quizás el que posee la personalidad más controvertida, entre los barrios porteños. Es un mundo distinto, que con original autenticidad pinta, con tonos diferentes, a la clásica Cdad. de Bs. As.. Es un barrio típico de inmigrantes de los más distintos orígenes, entre los que se destacan: griegos, yugoslavos, turcos e italianos, sobre todo genoveses . La Boca del Riachuelo, como se la llamó al principio, es una tierra baja e inundable , a tal punto que de cada puerta colgaba un bote para cubrirse de tal amenaza. También fue llamada " Puerto de los Tachos", ya que en las márgenes de la ribera, había gran número de astilleros, saladeros , almacenes de lanas, etc.
Los historiadores coinciden en señalar a la Boca como el lugar en donde Pedro de Mendoza fundó la ciudad de Santa María de los Buenos Aires, en 1536. Desde los primeros tiempos la boca del Riachuelo fue el puerto natural de Buenos Aires. Su poca profundidad no permitía navíos de calado considerable, a lo que se sumaban los bancos de arena que causaban no pocos problemas, ya que el canal de entrada tampoco era precisamente profundo, a ello era preciso sumarle las crecientes y bajantes.
No obstante los inconvenientes el Riachuelo continuó desde fines del siglo XVI hasta fines del siglo XIX en plena vigencia. Numerosos fueron los proyectos que la necesidad de un puerto de envergadura generó teniendo en cuenta el lugar, uno de ellos, obra del Ing.Carlos Pellegrini, proponía estrechar la desembocadura del Riachuelo cerrando parcialmente su salida con una esclusa, para que éste aumentara su caudal, profundizando su canal de acceso.
Proyectos y discusiones sobre su viabilidad y utilidad continuaron hasta que por fin se aprobó el presentado por Eduardo Madero, desechándose el del Ing. Huergo que propiciaba centrarlos en el Riachuelo. El nuevo puerto, concentrado más al norte, significó el progresivo deterioro del Riachuelo. No obstante esto él continuó siendo el símbolo del barrio de La Boca y es imposible concebir al uno sin la otra y viceversa. A fines del siglo pasado La Boca ya era un barrio en el que había una fuerte presencia italiana con preponderancia de origen genovés.
La inmigración en el Río de la Plata incorpora al país elementos distintivos que van creando modos, hábitos, expresiones nuevas en su vivir. La presencia del italiano señala aportes excéntricos en la elaboración de su sociabilidad. Paulatinamente van cobrando rasgos propios los núcleos a los que ellos aportan sus peculiaridades. En verdad, Italia era en esos días un mosaico de nacionalidades y esa su policromía se reflejó también en nuestra tierra y sobre todo en La Boca.
Porque La Boca fue la zona de Buenos Aires que recibió mayores caravanas de esa procedencia. Entre todas ellas la preponderancia del genovés vendría a librarla, más tarde, de un desastre etnográfico que hubiera sido peligroso para su cohesivo desenvolvimiento.Junto al italiano -en toda su diversidad cromática- al lado del predominio ligur, siempre se advirtió la existencia de los sectores constituidos por dálmatas, españoles, griegos, y algunos dispersos grupos de franceses y sajones.
Aunque las condiciones geográficas siempre fueron muy adversas, se asentaron allí las famosas "barracas", que eran construcciones muy humildes donde se almacenaban diferentes productos, se curtían cueros etc. Como era un lugar típico de marineros de paso, se abrieron numerosas pulperías. Eran tantos los italianos, que en 1882 un grupo de genoveses firmó un acta que enviaron al rey de Italia comunicándole que habían constituido la República de la Boca.
Inmediatamente, el entonces presidente argentino, Don Julio A. Roca hizo quitar la bandera genovesa izada en el lugar y puso fin al conflicto. Los habitantes de La Boca, fueron siempre divertidos, ruidosos y melancólicos. Hablaban el dialecto xeneixe -el de los genoveses- como si estuvieran en su tierra. Eran muy trabajadores y fraternales, al punto que formaron varias instituciones de apoyo comunitario. Editaron diarios, fundaron clubes deportivos y culturales.
Dada su gran sensibilidad para el arte, en el barrio han nacido cantores, músicos, poetas y artistas plásticos, muchos de los cuales han ocupado lugares relevantes en la preferencia popular.Es muy conocido por su dotación de bombero voluntarios tanto por su trabajo profesional como por su trabajo en la comunidad. La Boca es, sin lugar a dudas, un barrio con personalidad, y ésta lo debe en parte a su particular arquitectura. Claro está que ello no es ajeno a sus habitantes y al emplazamiento del barrio junto al Riachuelo.
En sus orígenes sus casas fueron de dos tipos: de madera o de chapa, ambas con balcones de hierro. Aún es posible encontrarlas en considerable número de ejemplos. Ellas son en realidad la imagen de La Boca.Sus fachadas de chapa acanalada se combinan con las carpinterías de madera enriquecida por variadas molduras que hacen juego con las cenefas. Pero no sólo se utiliza la madera, también fueron comunes los cerramientos de varillas de madera superpuesto formando rombos que separaban las galerías superiores del balcón o creaban un espacio, cerrando en parte la galería de entrada, en planta baja. Este "treillage" no era una simple decoración, sino por el contrario, su intención estaba dirigida a la protección de los rayos del sol.
El origen de los colores diversos, deviene de los sobrantes de pintura que los marineros traían a sus casas, como la pintura era costosa, y la cantidad escasa para pintar toda la casa de un mismo color, se aprovechaba hasta la última gota, por lo tanto, se pintaba primero los marcos hasta agotarla, para pasar luego a las paredes y pintar hasta donde alcanzara.
La madera como motivo ornamental llegó a utilizarse hasta en los barandales de coronamiento, formados por paños de rejas de hierro forjado, separados por elementos cuadrados o rectangulares de tablas superpuestas, sobre las que se aplicaban recuadros moldurados.Podría decirse que las líneas horizontales eran, o son, una característica de La Boca.
Los largos tablones superpuestos en las casas de madera y la acanaladura de las chapas en las otras comentadas, se sumaban al imitado corte piedra de los edificios construidos en ladrillo revocado que, por supuesto, adoptaban el estilo italiano del momento. Estas construcciones de material son un capítulo aparte, ya que coinciden con el paulatino enriquecimiento de muchos de los habitantes del lugar, que encariñados con el barrio, se quedaban en él levantando viviendas que en su interior acumulaban muebles y objetos artísticos con su nueva condición.
Esta creciente prosperidad se materializó en la preocupación por dotar a las viviendas de los últimos adelantos, o quizá cabría decir siguiendo las últimas modas. Así aparecieron en estas casas de material de planta baja y primer piso, las grandes mamparas con vitrales o vidrios de colores neutros, verdes, rojos o azules, y los techos decorados. Sin embargo es interesante destacar que muchas de estas casas alternaban con las tradicionales de chapa o madera con techos de chapa a cuatro aguas; en contraposición con las de terraza, para ese tiempo "modernas"
La Boca tiene una zona de actividades portuarias que es la correspondiente a la ribera, la que se divide en dos tramos: Ribera del Riachuelo y la Dársena Sur Portuaria. La primera está franqueada por galpones, depósitos y talleres pertenecientes a empresas que aprovecharon las cercanías del ferrocarril para transportar su mercadería.
La parte más interesante y visitada es la VUELTA DE ROCHA, donde puede observarse el antiguo "PUENTE DE LA BOCA", el que sirvió de inspiración para magníficas obras de nuestro gran artista Quinquela Martín y otros destacados pintores. La Dársena Sur, que en realidad es una prolongación artificial del Riachuelo, es el lugar donde actualmente atracan las embarcaciones que transportan pasajeros al Uruguay.La AV. DE LOS PATRICIOS es un lugar de gran actividad, con innumerables locales comerciales.
NECOCHEA, luminosa y famosa por sus cantinas, bares y fondas, donde se come exquisita comida italiana, con música, bailes y mucha alegría.
OLAVARRÍA, es un importante eje comercial del barrio.
AV. ALMIRANTE BROWN y BENITO PEREZ GALDÓS son de gran tránsito vehicular y acceden a la rampa del Puente Nicolás Avellaneda.
MINISTRO BRIN Y OLAVARRÍA, funciona el Mercado de la Boca.
CAMINITO: de apenas 100 metros de longitud, es peatonal. Es una calle tan pequeña como particular. En ella no hay puertas. Algunas ventanas, algún balcón lleno de plantas y de ropas colgadas para secar. Sus paredes pintadas de diferentes colores nos recuerdan a Venecia.
En ellas hay todo tipo de murales, cerámicas y distintos adornos. Al principio era simplemente un ramal del Ferrocarril, llena de tierra, yuyales y piedras. Al lugar se lo llamaba -la curva-, la que luego se convirtió en -un caminito- que acortaba distancias. Ese fue el famoso "caminito" por el que transitaba a diario Juan de Dios Filiberto, quien luego escribió el tango que lleva su nombre. La iniciativa de ponerle ese nombre a la calle surgió nada menos que de su amigo Benito Quinquela Martín. Hoy es una calle turística, no solo visitada por los extranjeros, sino por argentinos de todo el país, orgullosos de ese lugar tan pintoresco. Lea aquí el artículo escrito por Matilde Arias.
GARIBALDI: es una calle dividida por una vía de trenes. En ella, durante 3 cuadras, se puede ver la genuina edificación del barrio con casas echas de chapa y pintadas de varios colores alegres como verde, amarillo, rojo, celeste, naranja, azul etc. (por La Calle Garibaldi se camina una cuadra y se llega hasta la Calle Caminito).
MAGALLANES: La Boca es el sitio que eligieron grandes artistas plásticos para vivir y desarrollar sus actividades, entre ellos el italiano Alfredo Lazzari, maestro de Benito Quinquela Martín y de Fortunato Lacámera. Asimismo Eugenio Daneri, Víctor Cúnsolo, Miguel Diomede, Marcos Tiglio y Miguel Carlos Victorica fueron atrapados por el mágico espíritu de este barrio paradigmático de la Cdad. de Bs. As.
Allí, en la llamada Vuelta de Rocha o Plaza de los Suspiros nace la Calle Magallanes, donde en su primer tramo una importante cantidad de artistas plásticos, que siguiendo los pasos de los maestros del pasado han instalado sus propios talleres.
Esta calle del barrio por lo tanto se ha convertido en un importante polo de atracción para todas aquellas personas que se interesan tanto en el arte como en los paisajes urbanos tradicionales. Si desea acceder a más información acerca de la calle Magallanes, de los ateliers y artistas que la componen, puede visitar www.callemagallanes.com.ar , sitio web oficial de la calle.
NECOCHEA: es la calle donde encontramos las famosas cantinas.
ESQUINA DE MAGALLANES Y GARIBALDI: en esta esquina se juntaban el empedrado con el pasto y las vías del tren y paraban ilustres vecinos tales como Quinquela Martín, Lacámera y los Filiberto.
VUELTA DE ROCHA: Lugar histórico, asiento de la armada creado por el Almirante Guillermo Brown en las guerras de la independencia. Es el más pintoresco y escenográfico recodo del Riachuelo, aparenta un pequeño estuario. En su costa, el viejo "Vapor de la Carrera" que unía diariamente las ciudades de Buenos Aires con Montevideo, hoy devenido en tienda de regalos, antigüedades y restaurantes. En el ángulo de la vuelta, la Plazoleta de los Suspiros, con su enhiesto y emblemático mástil de alguna embarcación perdida en el tiempo. Como fondo, construcciones de libre estilo arquitectónico con aires italianizantes.
No lejos, el típico galpón de puerto del legendario Astillero Mestrina y cerca, las edificaciones donadas por el gran maestro del color, hijo dilecto de La Boca, Don Benito Quinquela Martín como la Escuela Museo que alberga sus obras y la de otros pintores argentinos; el Teatro de la Ribera; el jardín materno-infantil y el Instituto Odontológico todas realizaciones debidas a la gran bondad y filantropía del maestro.
Juan de Dios Filiberto, músico y poeta, caminaba todas las tardes por el empedrado de su calle Magallanes para encontrarse con sus amigos de la Vuelta de Rocha. Observaba la diminuta callecita que cruzaba la manzana y acercaba los encuentros. En ese devenir de horas y días soñaba con su inolvidable "Caminito" y veía en la cortada las chapas relucientes de los conventillos. Su tango-canción recorrió el mundo con la letra sencilla de sus versos y melodía cautivante.
CAMINITO es el ícono más preciado de La Boca, alrededor de él se concentra el movimiento turístico nacional e internacional de la zona. Su corto trayecto es una explosión de mimos, artistas plásticos, malabaristas, músicos y bailarines de tango que deleitan a los visitantes. El color, el ritmo y sonido es lo que predomina en este lugar de sueños.
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