viernes, 29 de junio de 2007

- EL CAMARA -



La historia del reportero que

filmó su propia muerte


A partir de 1989, los 29 de junio se conmemora el “Día Nacional de Camarógrafo Argentino”, por Resolución del Congreso Nacional. El cameraman que promovió este suceso, Sergio Pérez, quiso hacer de esa fecha un homenaje al reportero argentino Leonardo Henrichsen, fusilado en Santiago de Chile, en 1973, mientras cubría para la TV Nacional Sueca un motín militar conocido como el “Tanquetazo”, que luego culminara con el derrocaniento de Allende.

La era de la imagen

En el siglo del cine y la televisión, la cámara se convirtió en la herramienta del más verídico registro de los hechos contemporáneos. Es el único siglo que puede mostrar la crónica de sí mismo a través de la imagen en movimiento. El camarógrafo, como portador del mágico instrumento, se ha convertido, desgraciadamente, en la víctima propiciatoria de esa historia. Según datos de The Freedom Forum, del total de los reporteros muertos desde la II Guerra Mundial, los camarógrafos representan el 42%. En 1998, el periodista sueco Jan Sandquist, nos contó en Buenos Aires, que la TV Soviética envió al frente de Stalingrado 512 reporteros camarógrafos. Sólo volvieron 12.

El camarógrafo Leonardo Henrichsen era el Corresponsal Exclusivo de la Televisión Nacional de Suecia, para todo el Hemisferio, junto al reconocido cronista sueco, Jan Sandquist. Cubrió 21 golpes de Estado y acontecimientos clave de nuestro continente, como los últimos dos meses de la guerrilla del Che Guevara en Bolivia, la muerte de Robert Kennedy, o los célebres secuestros del empresario Oderman Sallustro, en Argentina, y los de embajadores de las repúblicas de Alemania y Suiza, en Brasil y Guatemala.

El hombre que filmó su propia muerte

Leonardo es el primer periodista caído en un golpe militar durante el siglo XX. Pero su muerte pertenece a una historia colectiva. Desde el año en que murió, 1973, el periodismo mundial ha conocido su peor racha de muerte. De los casi 2000 reporteros muertos en escenarios de alto riesgo, en el siglo XX, los últimos 30 años (1973-2003) registran el 52%. En ese mismo lapso, murieron siete veces más reporteros que en los 70 años que van de 1902 a 1973, con dos guerras mundiales en le medio.

Estas escenas, por aquellos años, se vieron una y otra vez. Se trabajaba con material reversible 16 mm. en blanco y negro, con cámara Bólex ó en lo que se denominaba "Auricón" que era un sistema muy pesado y aparatoso, un poco más sofisticado, que imprimía "audio óptico" en el soporte. No existía el video portátil.
Las máquinas de VIDEO TAPE estaban en los canales ó "Camiones de Esteriores", eran muy grande y pesadas y la cinta era de dos pulgadas.

En la publicación del libro “Reportaje con la Muerte, biografía de Leonardo Henrichsen”, Rogelio García Lupo, escribe en la presentación de contratapa: “En junio de 1973 estalló en Chile un motín militar que fue la antesala de la gran tragedia que es mismo año iba a marcar a fuego la historia de América Latina en el siglo veinte.

Sin embargo, en aquel escenario dominado por la confusión y el fracaso, que los militares chilenos utilizaron para contar sobre el terreno las propias fuerzas y las ambiciones de cada uno, tuvo lugar la extraordinaria hazaña de Leonardo Henrichsen, el reportero gráfico que filmó su propia muerte.

El nombre de Henrichsen –nacido en Argentina, en una familia llegada de Suecia, muerto en Chile– ha sobrevivido a la mediocridad de aquel asalto al gobierno del presidente Salvador Allende y con el paso de los años ha entrado en la gran historia del periodismo mundial. “Guardó cuadro a cuadro el transparente paso de la vida a la muerte”, afirma Modesto Emilio Guerrero en este libro donde reconstruye la biografía del autor de uno de los grandes reportajes de nuestro tiempo, por el que pagó con su propia sangre.

Por aquellos años Leonardo reportaba en forma "free lance" a la Gerencia de Noticias de LS 82 TV Canal 13, a cargo de Carlos Montero y fue una de las personas que me orientó a que estudiara cine.

Mi recuerdo a este hombre, que representa a muchos que ofrecen el pecho a las balas y las inclemencias de todo tipo.

Ricardo A. Carrasquet

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