miércoles, 24 de septiembre de 2008

- GILLESPIE -




Dizzy Gillespie


Otro protagonista del jazz


John Birks “Dizzy” Gillespie fue uno de los dos desencadenantes en la reacción que dio origen al Bebop. Él mismo admitió que Chalie Parker había dado el brillo final a la nueva música que él estaba gestando. Por entonces, ya era un original estilista de la trompeta y un teórico que sabía exactamente lo que hacía y era capaz de explicarlo a aquellos que estuvieran dispuesto a aprender. Recibió su apodo (dizzy, vertiginoso) porque era rápido e ingenioso como un zorro, y más allá de todas sus payasadas sobre el escenario, su cerebro musical era tan incuestionable como brava su técnica.





Nació en Cheraw, Carolina del Sur, en 1917, empezó como un brioso trampetista en el apogeo de la era del swing. Su modelo fue uno de los que en esa época hizo historia, Roy Eldridge, el más rápido y uno de los más sublimes. Dizzy llegó incluso a ocupar su puesto en la banda de Teddy Hill, yendo con él a Europa y colaborando en sus primeros discos. Para cuando se unió a Cob Calloway en 1939, la carrera de Gillespie estaba en plena ascensión., Sin embargo, un desacuerdo con Calloway muy difundido por la prensa y, también sus propias preferencias, le llevaron a los pequeños clubs de Nueva York donde estaban poniéndose en práctica las nuevas ideas.





Finalmente, se juntó con Parker con quien compartió escenario en la banda de Billy Eckstine, entre otras. Grabaron juntos y formaron un grupo que estuvo trabajando en Nueva York antes de desplazarse al oeste, a donde se dirigieron para una memorable actuación en Los Ángeles. Parker se quedó allí, mientras Gillespie regresaba a Nueva York donde formó su segundo y más importante banda (la primera había durado unos meses en 1945). Con el deslumbrante trabajo de conjunto, más la comicidad de algunas letras amenizadas por la pirotecnia del trompetista, esta fue la banda que puso la palabra bebop en la escena musical. Gillespie fue también el primero en introducir ritmos latinos en las big band, contratando al percusionista cubano Chano Pozo e inspirando la fusión que subyace en el latin jazz de hoy día.





En los años cincuenta, encabezó por un tiempo un pequeño grupo, pero el Departamento de Estado le alentó entonces para formar una nueva banda para la primera gira europea promovida oficialmente. Esta duró un par de años, después de los cuales regresó a los cuartetos y quintetos, el mejor de los cuales tuvo a James Moody a la flauta y el saxofón. Cabe destacar entre sus proyectos especiales la big band veteada de estrellas internacionales con la que estuvo de gira poco antes de su muerte en 1993.





Los solos más audaces de Gillespie datan de los años cuarenta, tanto en la época que estuvo con Parker como cuando estuvo al frente de sus propio grupo. No obstante, alcanzó el clímax como trampetista en los cincuenta y sesenta, cuando su sonido, algo estridente en el pasado, se volvió más claro llegando a equipararse a su técnica. Si, al contrario que Miles Davis, no consiguió rodearse continuamente de músicos con los ojos puestos en el futuro fue, en cambio, el improvisador más extravagante que el jazz a conocido. Él mismo definió su método como la captura de notas en el aire para hacerlas encajar en el patrón rítmico deseado. Su sabiduría fue patente a lo largo de casi toda su carrera gracias a la tremenda resistencia y a su enorme influencia.





Su tema más famoso es “Night in Tunisia”, aunque también fue entera o parcialmente responsable de otros clásicos del bebop como “Salt Peanuts”, “Groovin’ High”, “Blue ‘n’ Boogie” y “Woodi ‘n’ You”, escrita originalmente para Woodi Herman. Aparte de estas, la composición de Gillespie más tocada hoy día es “Con Alma”, escrita en los años cincuenta. A lo largo de casi toda su carrera, Gillespie usó una característica trompeta con la campana dirigida hacia arriba, diseñada antes de la aparición de los micrófonos de clip, para ayudarle a escuchar las notas tan pronto como eran emitidas.

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