jueves, 19 de abril de 2007

- COSAS DE CAMPOS -


DE LO NUESTRO LO MEJOR

Florencio Molina Campos (1891-1959)



Florencio Molina Campos, fue un eximio dibujante costumbrista, amante de un humor sarcástico emparentado con el grotesco, asesoró desde 1942 y durante años a Walt Disney. Molina Campos, un autodidacta que afirmó su arte en los territorios del comic, llegó a los estudios Disney para trabajar con Walt en escenas del campo argentino. Disney se aprestaba a iniciar la filmación de "Goofy se hace el gaucho", "El gaucho reidor" y "Saludos amigos".


Molina Campos tenía la misión de adiestrar a esos inquietos personajes de Hollywood en las desopilantes rutinas rioplatenses que en esa ocasión debían emprender. Bamby también fue parte de la obra (bosque de Arrayanes, San Carlos de Bariloche) No hay madera igual en el mundo que además se mimetizara con el pelaje del ciervo.

En 1931, la Fábrica Argentina de Alpargatas comenzó a publicar sus almanaques con trabajos de Molina Campos. De inmediato el público rural, donde llegaban con preferencia los productos de la firma, acaparó cada uno de los "meses" formando sus propias colecciones. Es que Molina Campos había dado en el clavo, los había puesto en evidencia, llevando a sus pinturas lo que el paisano hace constantemente con sus semejantes, buscando algún rasgo risueño para hacer comparaciones o poner apropiados apodos. La caricatura verbal, pasó a ser un capítulo muy particular de nuestro arte nacional.

Unos años antes, en 1937, becado por la Comisión Nacional de Cultura, Molina Campos había recalado en los Estados Unidos, donde expuso su particular obra en 1939. Ya para ese entonces este artista nacional aquilataba una extensa trayectoria. Sus gauchos -que en 1926 se dieron a conocer en el Pabellón Central de la Sociedad Rural Argentina-, entusiasmaron desde 1928 a los lectores del vespertino "La Razón" desde la serie titulada "Picapiedras criollos".

La serie difundida por Alpargatas -expuesta en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1989 con un parcial de 176 ilustraciones- fue el almanaque oficial de la textil hasta 1936, continuado más tarde durante el período comprendido por los años 1940 a 1945. Pero quizá el testimonio más destacable de la gracia que Molina Campos imprimió a sus escenas de caballos criollos, pulperías y paisanos se remonte a 1956, cuando expuso en la galería Witcomb de Buenos Aires, un año antes de mostrar a sus sonrientes gauchos ante el público de Nueva York. En junio de 1959 tuvo lugar la última muestra de Florencio Molina Campos en Buenos Aires, a días que la muerte sorprendiera a este personal buceador de las imágenes de nuestro campo.

Hasta el domingo pudimos apreciar su obras por segunda vez en le Museo Nacional de Bellas Artes, en forma gratuita y para más información de esta maravilla pictórica nacional, podemos visitar la página www.molinacampos.org



Ricardo A. Carrasquet

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