martes, 8 de diciembre de 2009

- BRAHMS -






Johannes Brahms



Simplemente "un grande"




Era hijo del contrabajista Johann Jakob Brahms (quien le dio sus primeras lecciones de música) y de Hersika Cristina Nissen. Pronto Brahms se reveló como pianista aventajado, por lo que, siendo aún adolescente, contribuyó a los ingresos familiares con el dinero que ganaba impartiendo clases, tocando el piano en restaurantes, bares e incluso burdeles.





Brahms dio recitales de piano en público pero no tuvo el éxito deseado, aunque más tarde tocaría él mismo en los estrenos de sus dos Conciertos para piano. Comenzó a componer y durante un tiempo tampoco consiguió que el público mostrase interés por sus obras. En 1853 realizó una gira de conciertos como acompañante del violinista húngaro Eduard Reményi.





Durante el viaje tuvo ocasión de conocer a Joseph Joachim, quien le presentó a Robert Schumann. Este último, además de compositor era editor de una revista prestigiosa de música, y atrajo la atención de los críticos y empresarios de música sobre el joven Brahms, lo que contribuyó notablemente a que Brahms se convirtiese en un compositor conocido y apreciado.





Aunque la relación entre Robert Schumann y Brahms duró hasta el fin de los días de Schumann, el vínculo más destacable fue el que tuvo con la esposa de éste, Clara Schumann, una pianista reconocida en aquellos momentos, compositora también y con la que estableció una larga y profunda amistad que tuvo rasgos de amor platónico.





Brahms solía presentarle a Clara sus obras antes de estrenarlas; muchas veces Clara Schumann fue la encargada de estrenar algunas de las obras pianísticas de Johannes. Nunca se llegó a aclarar la relación entre ambos a pesar de producirse un distanciamiento del que no se conocen los motivos.





En 1862 Brahms se instaló con carácter definitivo en Viena, donde se dedicó por completo a la composición. Durante casi 30 años compuso obras musicales que han llegado a formar parte del repertorio esencial de la música clásica romántica, y que ya durante la vida de Brahms fueron acogidas muy favorablemente, de forma que se le consideró como uno de los grandes compositores de su época.





Su primer éxito importante lo tuvo con su Réquiem alemán. La acogida dispensada por el público le animó a iniciar la composición de su Sinfonía nº 1, que tardó diez años en escribir. Acabada en 1876, compuso sus otras tres sinfonías en el transcurso de los ocho años siguientes.





A la edad de 57 años Brahms decidió abandonar la composición. Sin embargo, no fue consecuente con su decisión, ya que unos años antes de su muerte compuso todavía algunas de sus mejores obras, como las dos Sonatas para clarinete y las cuatro Canciones serias.





Muchos han considerado a Brahms como sucesor de Beethoven, y su primera sinfonía fue apodada décima sinfonía de Beethoven. Además de las ya citadas obras, compuso otras también muy apreciadas, como el Concierto para violín y diferentes Variaciones, género que cultivó con especial maestría. Fue prolífico en la composición de música de cámara y de piezas para piano solo, así como de canciones.





Como la mayoría de los compositores románticos, Brahms veneraba a Beethoven, quien ejerció una marcada influencia en él. Pero también sintió una gran admiración por los grandes compositores de la época clásica, Mozart y Haydn. Coleccionaba primeras ediciones de sus partituras y autógrafos, e incluso editaba partituras de las obras que se representaban habitualmente.





Su identificación con la música del periodo clásico fue tanta que incorporó a muchos movimientos de sus obras las formas de aquella música. Por ello a Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos.





En su trabajo Brahms fue un perfeccionista. Una muestra de ello es el hecho de que tardase tantos años en acabar su primera sinfonía. Algunos expertos opinan que esa sinfonía en realidad no fue la primera, ya que la primera no había llegado a salir a la luz por no sentirse Brahms satisfecho con ella. Lo que es cierto es que Brahms rompía con cierta frecuencia nuevas composiciones que no estaban a la altura de sus exigencias.





Brahms fue amante de la naturaleza. En sus paseos por los bosques que rodean Viena llevaba siempre caramelos que repartía entre los niños. Hacia los mayores era más bien hosco, aunque sus amigos le apreciaban sinceramente. Brahms nunca llegó a casarse. Murió a los 64 años de edad en Viena, como consecuencia de un cáncer de hígado. Brahms era considerado un compositor muy importante en esta época, un caso atípico en los músicos de su tiempo.





Brahms combina lo mejor de los estilos clásico y romántico. Brahms rechazó el uso superfluo de nuevos efectos armónicos y cromatismos, a diferencia de sus contemporáneos, sólo los utilizaba para resaltar los matices estructurales internos de la obra. Hasta 1873 Brahms había escrito sobre todo música para piano, el instrumento que mejor conocía, y para coro y orquesta. Entre sus obras orquestales se encuentra la Sinfonía n.º 1 en do menor, opus 68 (1876); la Sinfonía n.º 2 en re mayor, opus 73 (1877); la Obertura del festival académico, opus 80 (1880), que contiene canciones de estudiantes alemanes; la Obertura trágica, opus 81 (1881); la Sinfonía n.º 3 en fa mayor, opus 90 (1883), y la Sinfonía n.º 4 en mi menor, opus 98 (1885). Todas estas obras muestran una estructura muy compleja, heredada de la tradición vienesa clásica.





Se esforzó más bien por componer música de gran coherencia interna. Así pues, sus mejores obras no contienen añadidos innecesarios: cada tema, figura y modulación están anunciadas en los pasajes precedentes. Otra obra conocida fue su Requiem.


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