domingo, 29 de mayo de 2011
- EJERCITO -
29 de Mayo
Día del Ejército Argentino
El 25 de mayo de 1810 se estableció la Junta de Gobierno que asumió la conducción política de lo que era hasta ese momento el Virreynato del Río de la Plata, desplazando a las autoridades españolas. La presidencia de tal organismo de gobierno fue confiada al Coronel Cornelio Saavedra, quien ejerció asimismo la Comandancia General de Armas.
El día 28, como reafirmación de tal premisa, se procedió a crear el Departamento de Gobierno y Guerra, cuya titularidad pasó a desempeñar Mariano Moreno. De inmediato se expidió un Bando de la Junta ordenando la entrega de todas las armas, de cualquier tipo, en poder de los particulares, con el propósito de asegurar el armamento de una fuerza orgánica propia que avale el movimiento en expansión hacia las provincias interiores.
Precisamente para dar una estructura sólida a ese propósito, el 29 de mayo inmediato se decretó la creación de los cuerpos militares estables sobre la base de los batallones preexistentes, consolidados en los años inmediatamente anteriores a raíz de las invasiones inglesas y los malones de tribus indígenas.
Surgieron en tal ocasión los regimientos 1 y 2 de Patricios; el 3, originado en los efectivos de Arribeños y las compañías de indios naturales; el 4, a partir de las milicias de Montañeses; y el 5, tomando a los elementos del Batallón de Andaluces. Asimismo se remontó como regimiento al conocido como de Fernando VII, encarándose la reestructuración de la caballería y la artillería heredadas del estado virreynal.
La Junta, dadas las urgencias de la guerra, no tuvo tiempo de cambiar la organización y doctrina que regían bajo el mandato español, por lo cual en las primeras épocas se mantuvieron las reales ordenanzas de Carlos III (incluyendo el reglamento de instrucción y táctica de cada arma); la Inspección de Armas y los Consejos de Guerra.
Esta estructura castrense fue utilizada por las autoridades de Buenos Aires para hacer reconocer sus potestades, entusiasmar a los pueblos del interior por la causa revolucionaria, rechazar a los enemigos de este movimiento y asegurar la posesión de los territorios estratégicos.
Los hechos vinieron a justificar plenamente, con posterioridad, aquella previsión del Primer Gobierno Patrio. Las Fuerzas así formadas constituyeron el fundamento de los ejércitos que, a poco andar, llevaron el grito de libertad al Alto Perú, el Paraguay y la Banda Oriental del Uruguay.
De esas primeras pruebas, esta institución militar acompañó al pueblo en todas sus vicisitudes, protagonizando las campañas de la emancipación nacional, las contiendas por la preservación de las fronteras internacionales, la incorporación del desierto a la civilización, y la reafirmación de los derechos argentinos en el Atlántico Sur.
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