sábado, 14 de mayo de 2011

- ENFERMERA -





Día internacional de la enfermera




El 12 de mayo de 1820, en la hermosa ciudad de Florencia, Italia, mientras los esposos Nightingale, una familia de la alta burguesía inglesa, se encontraba de viaje, llegaba al mundo una niña que sería bautizada con el nombre de su ciudad natal.

A mediados de ese propio siglo XIX se producía el encuentro de Florence Nightingale y la práctica de la enfermería, en la lejana Alemania. De regreso a la patria se dedicó con pasión a cuidar a los enfermos, aun en contra de la opinión familiar, perteneciente a la alta burguesía del país, educada en las puritanas costumbres de la época victoriana de la Inglaterra anglicana.

El recrudecimiento de la guerra de Crimea, en 1854, le permitió marchar a los campos de batalla al frente de un grupo de enfermeras voluntarias reclutadas entre la propia burguesía. En las barracas de Scutari, en Turquía, se distinguió por sus dotes organizativas, motivo por el cual, un siglo más tarde, la Organización Mundial de la Salud instituyó el Día de los Hospitales en la fecha de su natalicio, y rendirle, de esa forma, tributo a su contribución a la teoría y práctica de la organización hospitalaria, reconociéndola como la primera gran administradora de hospitales.

A su regreso de Crimea fue recibida como una Heroína Nacional, condecorada por la Reina Victoria, de quien recibió un importante donativo para la fundación del Instituto Nightingale, primera escuela de enfermeras, con un método teórico-práctico de la enseñanza y un marco ético conceptual bien definido.

En sus "Notas sobre Enfermería", su única obra escrita, dejó plasmados muchos de sus conceptos éticos profesionales. Mientras para muchos, a fines del siglo pasado, la Enfermería debería constituir solamente una profesión después de un curso de preparación y exámenes, Florence era del criterio de que, aunque ambicionaba que todas las enfermeras estuvieran bien preparadas, era mucho más importante cultivar sus cualidades morales, que no podían ser calificadas por los exámenes ni por el número de un escalafón.

En ese marco conceptual fueron formadas las estudiantes de la Escuela Nightingale, de cuyo seno surgieron algunas enfermeras norteamericanas, tales como Mary O´Donnell, Eugenie Hibbard, Gertrude Moore, Elizabeth Walker, Clara Luisa Maas y otras, quienes contribuyeron con su labor personal a la fundación de las primeras Escuelas de Enfermeras en Cuba.

Todas estaban bajo el influjo de esta carismática mujer que había despertado la admiración y respeto de todos, hasta tal punto considerada una autoridad en la organización de la atención hospitalaria, que fueron solicitados sus servicios por las 2 partes beligerantes en las otras 2 guerras importantes de la segunda mitad del siglo XIX, la de Secesión Norteamericana y la Guerra Franco-Prusiana. La primera fue la que puso en contacto a Elizabeth Blackwell, primera mujer médico norteamericana, quien sería posteriormente la fundadora de la escuela de enfermeras norteamericana, con Miss Nightingale.

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