martes, 15 de mayo de 2007

- RADIO -


- LA RADIO -


UNA
EXELENTE
COMPAÑERA


Hace cien años que una caja balbuceante, llena de cables y tuercas, aprendió a hablar. Y para nosotros, los que hicimos algo en ella, eso es motivo de celebración, pues esa caja parlante nos abrió una pequeña ventanita en la casa de usted.

Pero aquel 24 de diciembre de 1906 ese aparato, que hasta entonces se usaba para transmitir secuencias de pitos cortos y pitos largos -en código morse- habló y cantó. Se lo debemos al inventor canadiense Reginald Fessenden.

Desde un pequeño pueblo costero, Brant Rock, en el sur de Boston, Estados Unidos, Fessenden transmitió lo que la historia registra como el primer programa de radio. La Biblia y la música Fue una transmisión corta, que incluyó poco más que la lectura de un pasaje de la Biblia y su propia interpretación en violín del villancico "O Holy Night" (Noche de Paz). Pero fue suficiente para dejar boquiabierto a más de un operador espabilado, a bordo de barcos en el Atlántico.

Era la culminación de años de experimentos con un nuevo transmisor de su invención, que generaba ondas continuas en vez impulsos eléctricos. Su tecnología enviaba ondas de radio de alta frecuencia que podía alterar o "modular". En una palabra, creó la radio AM, o de amplitud modulada. Algunos dicen que aquél fue también el primer programa religioso, el primer programa musical, y que Fedessen es el primer "disc jockey" de la historia, ya que llevó su fonógrafo y sus discos a aquella primera transmisión.

Fedessen montó todo un espectáculo, dirigido a una audiencia invisible, compuesta, en aquellos tiempos, por apenas un puñado de operadores de radio; cien, a lo sumo. La audiencia invisible Tomaría otro par de años el perfeccionar un aparato receptor para el uso del público en general. Las primeras emisoras de programación regular tomaron cuerpo en la década de los 20, entre ellos la British Broadcasting Corporation, o BBC de Londres.

En efecto, entusiastas de la nueva tecnología pusieron presión y el 14 de noviembre de 1921 se inauguró el primer servicio diario de radio en Inglaterra. La radio capturó la imaginación del público y se convirtió en un fenómeno social y cultural. Las primeras pruebas comenzaron en 1925, aunque el "servicio imperial" no comenzó a transmitir regularmente hasta 1932. La radio que cambia Ninguna de esas transmisiones tenía la calidad del sonido digital, pero representaron los primeros pasos de un medio que habría de revolucionar la forma en que el mundo se informa y se entretiene.

Medio siglo le tomaría a la radio alcanzar una audiencia de 50 millones de oyentes. Pero ella misma se encargaría de contribuir a acelerar un mundo que cada día parece girar más rápido. La televisión, que vino al cabo, se tardó 13 años en llegar al mismo número de personas. Pero no acabó, como predijeron algunas voces agoreras, con los días de radio. Internet hizo lo mismo en un tercio del tiempo y ahora la red internáutica está conformada por cientos de millones de personas en todo el mundo, muchas de las cuales a través de la red hoy escuchan y también hacen su propia radio.

LA HISTORIA EN LA ARGENTINA

Desde 1910 existían radioaficionados en Buenos Aires y desde la ciudad de Bernal, pleno campo en ese momento, recibieron comunicados de bases en Canadá e irlanda. Desde 1898, ingenieros como Ricaldoni o Belloq realizaron experiencias precarias de telegrafía inalámbrica. En 1913, Belloq recibió la primera licencia de radioaficionado.

En 1915 jóvenes radioaficionados de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza constituían una especie de hermandad que se comunicaba noticias, entablaba charlas a distancia y hasta intercambiaba recitales de piano o violín. Fue en el año 1917 que el doctor Enrique Telémaco Susini les dijo a sus tres amigos estudiantes de medicina y radioaficionados: “Miren, muchachos: si un día, nosotros, pudimos escuchar por radio el canto de un gallo, debe existir la posibilidad de transmitir la voz humana. O la música. ¿Se imaginan que grandioso sería?”.

Al grupo le sobraba imaginación, como para suponer ya lo que Susini planeaba. Enrique Susini, de 25 años, su sobrino Miguel Mujica, de 18, César Guerrico y Luis Romero Carranza, de 22 años, tenían el asunto de la radio y el deseo y la necesidad de una transmisión masiva desde aquel momento en sus pensamientos. No sabían que muy pronto podrían materializar ese proyecto que les permitiría impulsar un invento capaz de trasladar a todos los pueblos el sonido y las voces de las personas dentro de nuestro país.

El grupo seguía con pasión la información disponible en forma de libros, y revistas sobre radio que llegaba hasta ellos. Los principios de Hertz, Braun y Marconi, iban creando en ellos un banco de conocimientos y un cúmulo de inquietudes que los iba acercando a los secretos del descubrimiento y uso de “la transmisión inalámbrica, sin conductores y a distancia”, a la que el ruso exiliado en Estados Unidos, David Sarnoff, le había puesto una marca en 1916 cuando logró transmitir por aire información, música, noticias, ideas.

Con la guerra del 14 se interrumpe la llegada de material bibliográfico a la Argentina sobre radiotelefonía. Durante el conflicto bélico la radio crece, pero trincheras adentro, y forma parte de un arsenal, de esta manera se transforma en un instrumento estratégico para quien la tiene y la sabe usar como medio de comunicación.

Demás está enumerar de la importancia del medio radial el la comunicación y su evolución en la calidad de audio con el advenimiento de la FM y la importancia de estar conectado con un mínimo receptor en cualquier parte del planeta.

Felicitaciones transmisora de música y mensajes a lo largo de los años...!
¡¡Nada menos que un siglo!!

Esperamos tu próxima aparición digitalizada y con toda la "onda" de siempre

Ricardo A. Carrasquet

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